De Paul Auster se suele decir que es más conocido y apreciado en Europa que en Estados Unidos. En 2007, la revista "New York", le dedicaba un reportaje que tituló, entre el escepticismo y la sorpresa, "Auster es una estrella del rock en París". Así se le esperaba en Oviedo, como a un inalcanzable icono de la literatura, cuando llegó a recoger el premio "Príncipe de Asturias" de las Letras, en 2006. Pero no fue así, en absoluto.