En Peces abisales' (Tusquets), el lector no hallará ninguna investigación de la familia de detectives Hernández ni ningún caso de la comisaria Weber-Tejedor, pero están ahí, junto a su creadora, Rosa Ribas (El Prat de Llobregat, 1963), una de las autoras de novela negra más respetadas de la geografía española. Son una suerte de memorias noveladas, su "libro más personal y sensible", admite, donde desnuda parte de su intimidad en un fluir de reflexiones, recuerdos y vivencias, de luces y sombras, que desde niña la macaron y la forjaron como individuo y como escritora. Literalmente, desde el mismo momento del nacimiento, cuando tras diez meses de embarazo, su madre estuvo esperando a que le practicaran la cesárea y el médico de guardia no se puso manos a la obra hasta que, a las cuatro de la madrugada, terminó de leer El gatopardo', de Lampedusa. "Con Tolstói habría nacido por la mañana y Proust me podría haber costado la vida", escribe con el humor con el que, junto con "la autoironía", sabe vestir los momentos tristes.