En comunicación no verbal, el poder se proyecta ocupando espacio: sea a lo ancho o a lo alto. Los tronos y la coronas de los reyes, los altares de las iglesias, los escenarios y los palcos de los teatros, los áticos de los edificios, las plantas más altas de las oficinas de una empresa o las tarimas de un aula señalan cómo la altura puede llegar a transmitir poder político, espiritual, económico o intelectual. El tratamiento de Majestad o Alteza con los miembros de la Corona también persigue evidenciar que ellos están por encima de los demás. Y aunque en España ya no sea obligado, en un besamanos se siguen viendo reverencias. Mientras a los hombres se les permite reducir su estatura bajando la cabeza o inclinando el cuerpo; algunas mujeres siguen practicando la genuflexión (el protocolo considera a la fémina inferior al varón).