Terror apocalíptico, sociedades sumidas en el caos y un lento y pesaroso avanzar hacia el vacío. En cámara lenta, en plano secuencia. "Contempló con tristeza aquel cielo que no auguraba nada bueno, los restos abrasados del verano recorrido por bandadas de langostas, y de pronto vio desfilar en una misma rama de acacia la primavera, el verano, el otoño y el invierno, como si percibiera la totalidad del tiempo que jugueteaba en la esfera inmóvil de la eternidad mostrando una infernal línea recta, la cual daba la impresión de atravesar el paisaje escabroso del caos y, al crear así la altura, alimentaba a la vez la ilusión de que el vértigo era algo necesario", escribe László Krasznahorkai en las primeras páginas de 'Tango satánico', imponente y desolada novela con la que debutó en 1985 y una de las muchas razones que han llevado al autor húngaro, a quien Susan Sontag bautizó muy acertadamente como "el maestro contemporáneo del apocalipsis", al podio del Nobel de Literatura de 2025.