Tres años y medio después de anunciar que se retiraba de los escenarios, recuperado ya de sus males e inseguridades, Bunbury volvió a ser Bunbury ante su público barcelonés, que no lo veía desde 2018. Ahí estuvo el paladín de gesto pugilístico, el vocalista del énfasis, el cancionista de educación rockera que un día se fue, de puerto en puerto, a hacer las Américas. No hubo rastros de crisis en su garganta, de restos de aquella jamacuco que le hizo frenar súbitamente en 2022. Dos horas de bunburysmo' puro y mestizo, cruzando los ecos de una parcela precisa de su pasado con el presente de Cuentas pendientes'.