El 29 de agosto de 1997 nacía en California Netflix, con la promesa de acceder a entretenimiento ilimitado a bajo coste. Hoy, ver series en maratón o pasar horas navegando por un catálogo infinito se ha convertido en rutina para millones de personas. Pero ¿qué está ocurriendo realmente con nuestro cerebro en esta nueva era del visionado compulsivo?