La parte que menos se recuerda, o se quiere recordar, del asesinato en Perugia (Italia), en 2007, de la estudiante de intercambio británica Meredith Kercher es que un hombre, el ladrón Rudy Guede, fue arrestado y condenado por el crimen después de que sus huellas dactilares se encontraran en las posesiones de la fallecida. La parte que más titulares genera sigue siendo la posible (solo durante un tiempo) involucración en los hechos de Amanda Knox, nombre mucho más conocido, de hecho, que el de la propia fallecida.