Hay muchas personas adineradas que desean exhibir su riqueza, y están dispuestas a pagar por el privilegio de hacerlo en paraísos del lujo como Saint-Tropez, Maldivas, Barbados, los Hamptons, Ibiza o Mykonos, a no ser, claro, que prefieran el Caribe. En ese caso, lo más habitual es que opten por construirse una casa en Moskito, las 50 hectáreas de terreno en las Islas Vírgenes Británicas que Richard Branson ha convertido en edén tropical para multimillonarios, o en Canouan, un pedazo de tierra que acoge megacomplejos turísticos y pistas de aterrizaje privadas. Mustique también está en el Caribe, y también ofrece hermosas playas, aguas de color azul celeste y un paisaje exuberante, pero es otra cosa: un lugar en el que los ricos y famosos puedan dejar de ejercer de lo segundo mientras siguen siendo mucho de lo primero.