No es un programa. Es un estilo de vida. Es una religión. Es la definición que los millones de fans de las Gilmore Girls han adoptado para expresar su sentimiento respecto a la serie reconfortante por excelencia. Este año se cumple el 25 aniversario de su estreno y, lejos de haber perdido vigencia, las vidas de Lorelai y su hija Rory son un refugio tanto para quienes se engancharon a ellas en 2000 como para quienes entraron en su universo en 2016, cuando Netflix la incorporó a su catálogo, casi una década después de la emisión de su último capítulo. Rápidamente se convirtió en uno de los títulos más vistos de la plataforma junto a Orange Is The New Black o Breaking Bad, y los responsables vieron claro el éxito que supondría su regreso en la época del reinado de la nostalgia. Ese mismo año lanzaron Las 4 estaciones de las Chicas Gilmore, cuatro episodios de regalo para los fans que especulaban en internet sobre lo que podría o tendría que haber pasado, porque el final original no dejó contento a casi nadie.