La primera película como directora de la actriz alemana Alissa Jung tiene en sus dos intérpretes principales una de sus bazas más firmes. Los protagonistas son una adolescente y su padre. Nadie les hace sombra. Pero para la chica ha sido un padre absolutamente ausente. La tuvo con 21 años, le entró el pánico a la paternidad y desapareció. Ahora la joven Leo lo encuentra viviendo en un chiringuito y una furgoneta en la costa italiana, enseñando surf. La historia no es muy original: un proceso doble y doloroso de aprendizaje mutuo. Los intérpretes la hacen viable, emotiva, directa y nada descabellada.