Nos cita una tarde en la sala, en el corazón de lo que un día fue Tuset street', aunque a él, con 41 años, esa antigua resonancia pop le pilla lejos. Pero soy un poco romántico y me gusta pensar que queda algo de aquel espíritu, de aquel glamur, medita Robert Massanet. Se aprecia el local en reposo, con su techo de estrellas apagado y sus barras y amplias zonas reservadas en silencio; un interiorismo que muy pronto será historia. Lo vamos a echar todo abajo y haremos una reforma integral, anuncia. Será un cambio radical, para estar en la vanguardia.