En los últimos meses, han rodado cabezas en muchas de las direcciones creativas de las principales casas de moda: Gucci, Dior, Chanel, Loewe, Balenciaga... Los rumores sobre quién ocuparía esas sillas preferentes, esos tronos de hierro, se han convertido en un activo más para mantener viva la llama, y con suerte generar beneficios, algo que los grandes conglomerados del lujo -LVMH y Kering, especialmente- buscan a toda costa, después de los resultados del tercer trimestre de 2024, el particular 'annus horribilis' del sector en general (no solo moda, también coches y alcohol), con pérdidas conjuntas para los magnates de la industria de 58 mil millones de dólares.