¿Armilla o guardapits? ¿Xusma o gentalla? ¿Vacuna o vaccí? Aunque no lo parezca, en todas estas combinaciones existe un castellanismo; una palabra que llegó al catalán por proximidad o vecinaje y acabó desplazando, cuando no liquidando, a una palabra homóloga preexistente. Así que, ¿resar o pregar? Veamos que tiene que decir al respecto el filólogo Joan Coromines: En catalán fue un castellanismo al principio absolutamente resistido, hoy tolerado y seguramente admisible, si bien hay que preferir pregar' y orar'; se introdujo por obra de los predicadores botiflers' y acastallanados que tanto dominaron en los siglos XVI-XVIII.