¿Puede el teatro, sin adoptar una posición vengativa o compasiva, contribuir a restañar las heridas y a desvelar las cicatrices? Porque ese es el paisaje de después: nada puede echar raíces si el subsuelo oculta un intermitente cementerio. Que solo podrá volver a ser morada común -y habitable para todos- si lo abonan la culpa y el perdón, la memoria y la justicia, la verdad y la conciliación. Y estas son palabras que el teatro sabe y ha sabido siempre escudriñar, escribió José Sanchís Sinisterra en ocasión de la presentación de Cicatrizar, proyecto de creación dentro de su laboratorio de dramaturgia Nuevo Teatro Fronterizo. Dentro del proyecto Cicatrizar nació 'Altsasu', que, a partir de hoy, primero de octubre y hasta el día seis, podrá verse en el escenario del Teatre Romea. Es una pena que, por problemas de calendario y programación, tan solo pueda representarse durante estos pocos días, comentó Josep Maria Pou, director del teatro, durante la rueda de prensa. No es la primera vez que Maria Goiricelaya y Ane Pikaza, fundadoras de La Dramática Errante, sello artístico/teatral centrado en la creación de proyectos que dialogan con su entorno social, político y humano, traen la obra 'Altsasu', su primer espectáculo propio, a Catalunya: de hecho, estuvieron en el Festival Grec de 2023.