Hace justo dos meses, escribiendo sobre el fallecimiento de la intérprete francesa Anouk Aimée, la protagonista de Lola' y La dolce vita', citaba también a la estadounidense Gena Rowlands como una de las actrices de la modernidad cinematográfica, aquellas presencias femeninas que fueron esenciales en los nuevos cines de finales de los 60 y empezaron a reescribir la historia. Y no solo ellas dos.